El estilo y rasgos del Polifemo están también presentes, si no intensificados, en las Soledades. Este poema está escrito en silvas, forma más adecuada que las octavas para la complejidad sintáctica y formal de la nueva poesía gongorina. Se estructura en cuatro cantos (soledad primera a cuarta), asociados a cuatro unidades escenográficas: la de los nómadas cabreros y cazadores de la montaña, la de una aldea campesina, la de los pescadores que habitan una isla y la de un señorío feudal, con su castillo y sus nobles practicando la cetrería. El arranque narrativo alude a un náufrago peregrino que arriba a un poblado de pastores que le dan albergue, y a partir de ahí va transcurriendo por diferentes paisajes donde encuentra los personajes y comunidades antes descritos.
El trasfondo del poema se asienta en múltiples alusiones. Una sería el reflejo del paso del mundo renacentista de la verdad a otro representado por el caos o la confusión respecto a su destino (el oscuro y complejo barroco); otra alude más directamente a la situación de vertiginosa pérdida de influencia mundial que experimentaba España; otra ejemplificaría el desengaño del mismo Góngora respecto a la Corte y al destino político español, y otra más a la situación del individuo enfrentado a un mundo en crisis donde domina la vanidad, un mundo del cual es exiliado y ante el cual busca su propio e individual cambio radical como manera de contrarrestar el desastre (actitud que parece relacionarse con un regreso de signo epicúreo a la sencillez y la armonía mundanas).
El trasfondo del poema se asienta en múltiples alusiones. Una sería el reflejo del paso del mundo renacentista de la verdad a otro representado por el caos o la confusión respecto a su destino (el oscuro y complejo barroco); otra alude más directamente a la situación de vertiginosa pérdida de influencia mundial que experimentaba España; otra ejemplificaría el desengaño del mismo Góngora respecto a la Corte y al destino político español, y otra más a la situación del individuo enfrentado a un mundo en crisis donde domina la vanidad, un mundo del cual es exiliado y ante el cual busca su propio e individual cambio radical como manera de contrarrestar el desastre (actitud que parece relacionarse con un regreso de signo epicúreo a la sencillez y la armonía mundanas).