A través de esta obra, Soliloquios (386-387), San Agustín de Hipona nos conduce a la búsqueda de Dios a través de la verdad: la interioridadcomo camino de búsqueda. Agustín nos formula su propia experiencia de conversión. Para él, Dios se sitúa en el alma, lugar donde se revela. Por lo tanto, el camino de búsqueda de Dios es un camino debúsqueda del alma que significa replegarse sobre sí mismo. Así se hace evidente que, el hombre que no se busca a sí mismo, no puede encontrar a Dios porque es la misma estructura del hombre interiorla que lo posibilita; el hombre, hecho a imagen de Dios, puede buscarle, amarle y conocerle.
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