El amor rompe barreras. Por amor se puede llegar a lo insospechado. Lo increíble, puede ser logrado. Y en el caso de Nathan, la superación de su trastorno queda ya en el olvido.
Tras su inesperada y sorprendente visita para Rebeka, Nathan ya es un hombre libre. En Barcelona y junto a ella es feliz o intenta serlo, ya que veinte años de encierro no se olvidan fácilmente y su lucha por controlar a su mente, es constante y muy dura. Sin embargo, estar junto a la mujer que ama incondicionalmente y por fin saber de verdad qué es la libertad, le resulta fascinante.
Un nuevo hombre despierta ante los ojos de Rebeka. Ella sabe recompensarle mostrándole, cómo puede ser su nueva vida. Él supo atraerla y seducirla hasta enamorarla y continúa haciéndolo, de manera apasionada y muy romántica. Nathan es encantador, amable, simpático y al fin y al cabo feliz. En él renace aquel poeta enamorado que la cautivó con sus profundos ojos negros, flores y versos. No obstante, la distancia que lo separa de la que fue su vida no lo aleja de su pasado, y recordar quién y cómo fue, continúa influenciándolo.
La vida fuera de la Torre es real. Tan real como alcanzar sus sueños y el futuro que ambos desean. Tan real para Nathan como olvidar y volver a empezar. Tan real para Rebeka como ocultarle al hombre de su vida, una verdad escondida.
¿Cómo será su destino? Y… ¿Dónde?
Solo para mí, es su libertad.
Tras su inesperada y sorprendente visita para Rebeka, Nathan ya es un hombre libre. En Barcelona y junto a ella es feliz o intenta serlo, ya que veinte años de encierro no se olvidan fácilmente y su lucha por controlar a su mente, es constante y muy dura. Sin embargo, estar junto a la mujer que ama incondicionalmente y por fin saber de verdad qué es la libertad, le resulta fascinante.
Un nuevo hombre despierta ante los ojos de Rebeka. Ella sabe recompensarle mostrándole, cómo puede ser su nueva vida. Él supo atraerla y seducirla hasta enamorarla y continúa haciéndolo, de manera apasionada y muy romántica. Nathan es encantador, amable, simpático y al fin y al cabo feliz. En él renace aquel poeta enamorado que la cautivó con sus profundos ojos negros, flores y versos. No obstante, la distancia que lo separa de la que fue su vida no lo aleja de su pasado, y recordar quién y cómo fue, continúa influenciándolo.
La vida fuera de la Torre es real. Tan real como alcanzar sus sueños y el futuro que ambos desean. Tan real para Nathan como olvidar y volver a empezar. Tan real para Rebeka como ocultarle al hombre de su vida, una verdad escondida.
¿Cómo será su destino? Y… ¿Dónde?
Solo para mí, es su libertad.