PROLOGO
Elizabeth una muchacha que había dedicado buena parte de su vida a estudiar, logró con éxito y muchos méritos graduarse de médico cirujano, luego continuó estudios, logrando un postgrado en cirugía estética, le iba muy bien en su clínica, o mejor dicho en su consultorio, hasta que un día se va de vacaciones con la familia a una cabaña que tenían en un lugar muy frío, muy lindo donde se descansaba y se lo pasaba muy bien. Una noche muy tranquila estábamos pasando allí, hasta que de pronto irrumpen en la placentera y acogedora cabaña, un par de hombres armados, quienes venían huyendo de un secuestro, después de conversar y aclarar un poco la situación de los hombres que irrumpen y la familia que disfrutaban de unas pequeñas vacaciones, después de unas averiguaciones efectuadas por su hermano Eleazar comprenden ciertos comportamientos de estos hombre y los aceptan como invitados mientras hacen diligencias pertinentes para el regreso de estos hombres a reunirse con sus familiares. Elizabeth una mujer muy valiente, con mucho guáramo, porque ella sin ningún tipo de miedos enfrenta la vida con amor, seguridad y sobre todo mucha confianza en sí misma. De allí depende todo el éxito que tuvo en el recorrer de su vida, ella se casó ya a los treinta y siete años, pues no tuvo tiempo para sus asuntos sentimentales, ella siempre decía “Amate a ti mismo, no vivas la fantasía de creer que si llega alguien que te amé todo se resolverá. Si tu generas amor, atraerás amor, el gran secreto de oro para vivir una gran relación es amarse a uno mismo, no te “destruyas” por nadie, pues te desequilibraras, siempre tú en primer plano” Eso Elizabeth siempre lo tenía presente, aunque para ella aún Cupido no había tocado o flechado su corazón. Después de los treinta y cinco años conoce al hombre que sería entonces el amor de su vida. Sin estarlo buscando, le llegó. Cumple con todo lo que había deseado, hasta que se casa y se mudan a una mansión, donde había un fantasma que merodeaba por allí, y trataba de molestar su felicidad, pero eso no fue posible, como ella misma decía, los problemas y los obstáculos solo hay que enfrentarlos y superarlos, y así ella lo hizo junto a su esposo que mucho la amaba.
Elizabeth una muchacha que había dedicado buena parte de su vida a estudiar, logró con éxito y muchos méritos graduarse de médico cirujano, luego continuó estudios, logrando un postgrado en cirugía estética, le iba muy bien en su clínica, o mejor dicho en su consultorio, hasta que un día se va de vacaciones con la familia a una cabaña que tenían en un lugar muy frío, muy lindo donde se descansaba y se lo pasaba muy bien. Una noche muy tranquila estábamos pasando allí, hasta que de pronto irrumpen en la placentera y acogedora cabaña, un par de hombres armados, quienes venían huyendo de un secuestro, después de conversar y aclarar un poco la situación de los hombres que irrumpen y la familia que disfrutaban de unas pequeñas vacaciones, después de unas averiguaciones efectuadas por su hermano Eleazar comprenden ciertos comportamientos de estos hombre y los aceptan como invitados mientras hacen diligencias pertinentes para el regreso de estos hombres a reunirse con sus familiares. Elizabeth una mujer muy valiente, con mucho guáramo, porque ella sin ningún tipo de miedos enfrenta la vida con amor, seguridad y sobre todo mucha confianza en sí misma. De allí depende todo el éxito que tuvo en el recorrer de su vida, ella se casó ya a los treinta y siete años, pues no tuvo tiempo para sus asuntos sentimentales, ella siempre decía “Amate a ti mismo, no vivas la fantasía de creer que si llega alguien que te amé todo se resolverá. Si tu generas amor, atraerás amor, el gran secreto de oro para vivir una gran relación es amarse a uno mismo, no te “destruyas” por nadie, pues te desequilibraras, siempre tú en primer plano” Eso Elizabeth siempre lo tenía presente, aunque para ella aún Cupido no había tocado o flechado su corazón. Después de los treinta y cinco años conoce al hombre que sería entonces el amor de su vida. Sin estarlo buscando, le llegó. Cumple con todo lo que había deseado, hasta que se casa y se mudan a una mansión, donde había un fantasma que merodeaba por allí, y trataba de molestar su felicidad, pero eso no fue posible, como ella misma decía, los problemas y los obstáculos solo hay que enfrentarlos y superarlos, y así ella lo hizo junto a su esposo que mucho la amaba.