Ediciones Carena. 2008. 174 p.
El tango, como el flamenco o el jazz, es una monumental creación colectiva de los hombres y mujeres que formaron el nuevo proletariado urbano de Buenos Aires a finales del XIX.
El tango, según Alicia Chust, es la respuesta al guirigay de lenguas y dialectos que, desde mediados del siglo XIX se produjo en la sociedad bonaerense.
Alicia Chust recrea en este ensayo aquel fructífero "guirigay" e indaga en las tradiciones musicales que llevaron los emigrantes y que florecieron en los diversos orfeones y rondallas. Recrea la vida de quienes fueron dando forma al nuevo arte, uno de los cuales, Manuel Jovés, un músico catalán que llevó la sardana a Buenos Aires y acabó escribiendo la música de unos cincuenta tangos entre los que se halla uno de los más representativos: "Buenos Aires".
El triunfo del tango es el triunfo del lenguaje de los pobres, de los sentimientos y de la vitalidad. Y este ensayo nos recrea todo ese mundo tan rico en sensibilidad como pobre en recursos económicos.
El tango, como el flamenco o el jazz, es una monumental creación colectiva de los hombres y mujeres que formaron el nuevo proletariado urbano de Buenos Aires a finales del XIX.
El tango, según Alicia Chust, es la respuesta al guirigay de lenguas y dialectos que, desde mediados del siglo XIX se produjo en la sociedad bonaerense.
Alicia Chust recrea en este ensayo aquel fructífero "guirigay" e indaga en las tradiciones musicales que llevaron los emigrantes y que florecieron en los diversos orfeones y rondallas. Recrea la vida de quienes fueron dando forma al nuevo arte, uno de los cuales, Manuel Jovés, un músico catalán que llevó la sardana a Buenos Aires y acabó escribiendo la música de unos cincuenta tangos entre los que se halla uno de los más representativos: "Buenos Aires".
El triunfo del tango es el triunfo del lenguaje de los pobres, de los sentimientos y de la vitalidad. Y este ensayo nos recrea todo ese mundo tan rico en sensibilidad como pobre en recursos económicos.