Taumántide recoge una visión pesimista y, a la vez, realista de la vida. Una evocación creativa sin paliativos, que saca a relucir los aspectos más oscuros del ser humano como una característica más de su condición.
La aproximación a la poesía ingrávida que encierra Taumántide no deja indiferente al lector. Cada pieza tiene una misión; una conquista de un sentimiento que brota al tiempo que captamos su mensaje. Taumántide es un libro de sueños, pero a la vez de conflictos.
La mirada pictórica que forman las palabras, presentadas como pensamientos encadenados, aspira a recrearse en la realidad y cobrar vida propia sobre el escenario. En ese juego fascinante, la realidad y la ficción se confunden, de la misma forma que el horror y la belleza pueden ir de la mano sin percatarse.
La aproximación a la poesía ingrávida que encierra Taumántide no deja indiferente al lector. Cada pieza tiene una misión; una conquista de un sentimiento que brota al tiempo que captamos su mensaje. Taumántide es un libro de sueños, pero a la vez de conflictos.
La mirada pictórica que forman las palabras, presentadas como pensamientos encadenados, aspira a recrearse en la realidad y cobrar vida propia sobre el escenario. En ese juego fascinante, la realidad y la ficción se confunden, de la misma forma que el horror y la belleza pueden ir de la mano sin percatarse.