Cuando Marco abrió la puerta de su ático y vio a su nueva compañera de piso, pensó que aquello era una jugarreta del destino. Después, ambos prometieron que entre ellos no surgiría nada, pero eso fue una noche entre chupitos de tequila. Ahora, ambos comienzan a tener serias dudas acerca de lo que sienten el uno por el otro. ¿Estarán dispuestos a arriesgar su amistad y su convivencia por descubrir si lo que sienten es real? ¿Y si su compañero de piso, al que ven cada día, fuese la pareja que el destino les has deparado?
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