La creación como concepto prácticamente se ha disuelto en nuestro tiempo debido al uso inmoderado del término que la nombra. Nos ha llegado cargada de prejuicios antes de estallar en mil pedazos e interesar a sectores tan ajenos a su original sentido como el Mercado o, si se prefiere, el marketing. Si contemplamos un contexto político como el nuestro, veremos que los registros de la cultura y el arte -incluidos la moda vestimentaria, la cocina y el deporte, con la hipertrofia deportivo-futbolística, o la "fiesta" taurina- invaden nuestro espacio mental atrayendo tanta más atención cuanto mayor es su agotamiento y, sobre todo, su puerilidad. Ahí la "creación" no sólo ha invadido todos los campos, también la producción de "conceptos" parece haber consumido el terreno filosófico que le pertenecía para acceder al marketing.
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