El sorprendente Ricardo Castillo presenta su tercera versión (islario) de una antología personal irrepetible y mínima en cada ocasión, ya que cambia de sitio, de poemas, incluso reversiona sus propios textos, de una manera lúdica y reflexionada sobre su propio acontecer en la poesía. No deja de tocar los puntos medulares del trabajo que lo convirtió en un clásico inmediato, pero redimensiona su proceso al añadir los poemas más bizarros (barrocos, eufónicos) de su actual investigación. De allí que nadie tenga estos mismos poemas en su casa, pese a su condición de poeta de culto entre los jóvenes (todos) lectores mexicanos.
Este sitio es seguro
Usted está en un sitio seguro, habilitado para SSL. Todas nuestras fuentes son constantemente verificadas.