Si el estoicismo es una de las escuelas filosóficas griegas que mayor impronta dejaron en la filosofía y la cultura occidentales, ello se debe, en gran medida, a Crisipo de Solos.
De Crisipo han destacado los estudiosos sus grandes dones como filósofo, más que la elegancia literaria. No compuso poesía, pero era muy dado a las citas, especialmente de Homero y los trágicos, como medio para reforzar sus propias opiniones. Dotado de una prodigiosa fuerza intelectual, desarrolló sistemáticamente, más que cualquier otro estoico, una forma de filosofía que mantuvo su validez y vigencia durante cuatrocientos años, y es probable que moldeara la mayor parte de los resúmenes de los manuales filosóficos del estoicismo. En este segundo volumen se incluyen los fragmentos 319-606 (es decir, los fragmentos sin indicación de obra y los dudosos).