"Tierra de nadie" es un libro acerca de una de las guerras más terribles del siglo XX, en la que más de setenta y cinco millones de hombres fueron movilizados y más de la mitad resultaron muertos o desaparecidos. Es un libro sobre el horror de la guerra y, a pesar del espanto, sobre poesía.
La Gran Guerra fue una contienda de trincheras, de dos frentes enemigos separados por un vacío que no era de nadie. Las profundas excavaciones, situadas en lados opuestos, prote-gidas por alambre de púa y ametralladoras, estaban separadas por una extensión de terreno infértil, que la lluvia y el defectuoso sistema de desagües convertían en lodazal. Las trincheras eran un claro ejemplo de deterioro y putrefacción. Allí se amontonaban los vivos y los muertos, estos últimos absorbidos por el fango y todos en medio de las ratas y el hedor.
En ese contexto, cinco poetas ingleses (Edmund Blunden, Robert Graves, Wilfred Owen, Isaac Rosenberg y Siegfried Sassoon) y un grupo de mujeres poetas (Marian Allen, Nora Bomford, Vera Brittain, Eleanor Farjeon, Charlotte Mew, May Sinclair y Elizabeth Underhill, entre otras) demostraron que el espíritu humano sobrevive al horror y es capaz de afir-marse en medio del caos, y eternizarse.
La Gran Guerra fue una contienda de trincheras, de dos frentes enemigos separados por un vacío que no era de nadie. Las profundas excavaciones, situadas en lados opuestos, prote-gidas por alambre de púa y ametralladoras, estaban separadas por una extensión de terreno infértil, que la lluvia y el defectuoso sistema de desagües convertían en lodazal. Las trincheras eran un claro ejemplo de deterioro y putrefacción. Allí se amontonaban los vivos y los muertos, estos últimos absorbidos por el fango y todos en medio de las ratas y el hedor.
En ese contexto, cinco poetas ingleses (Edmund Blunden, Robert Graves, Wilfred Owen, Isaac Rosenberg y Siegfried Sassoon) y un grupo de mujeres poetas (Marian Allen, Nora Bomford, Vera Brittain, Eleanor Farjeon, Charlotte Mew, May Sinclair y Elizabeth Underhill, entre otras) demostraron que el espíritu humano sobrevive al horror y es capaz de afir-marse en medio del caos, y eternizarse.