Mi destino quedó sellado en una partida de póker cuando un desgraciado se jugó lo único que tenía en la vida al ver sus cartas. Erróneamente pensó que su suerte había cambiado y sin nada con lo que avalar su apuesta, insistió a los presentes que aceptáramos como garantía a su mujer.
Deseando dar un escarmiento a ese insensato acepté su puja, sin saber que esa mano cambiaría mi vida para siempre....
Este sitio es seguro
Usted está en un sitio seguro, habilitado para SSL. Todas nuestras fuentes son constantemente verificadas.