Trabajador clandestino en Suiza, Gabriel vive soñando con consolidar algún día una carrera de escritor. El encuentro fortuito con siniestros personajes y artistas en ciernes, le servirá de inspiración para diversos relatos que plasma en su diario, a la vez que se hunde voluntariamente en las profundidades de una sociedad oscura y perfeccionista. Diez años viviendo en la clandestinidad en Ginebra, le dan al autor cierta autoridad para pasearnos de la mano por la ciudad persiguiendo los rastros de Mary Shelley, Borges, Carlos Fuentes, entre otros.
“Siempre quise construir un thriller cuya solución tuviera que ver absolutamente con la habilidad del lector, pero también sentí imprescindible adjuntarle mis confidencias sobre la violencia psicológica a la que están expuestos los inmigrantes sin papeles en algunos países del espacio Schengen... Planeado así, a veces me olvidaba del libro, lo confieso, esto no puede ser más que un laberinto poético y malvado; la batalla por describir y olvidar lo más rápido posible una vida plagada de sueños y soledades”.
“Siempre quise construir un thriller cuya solución tuviera que ver absolutamente con la habilidad del lector, pero también sentí imprescindible adjuntarle mis confidencias sobre la violencia psicológica a la que están expuestos los inmigrantes sin papeles en algunos países del espacio Schengen... Planeado así, a veces me olvidaba del libro, lo confieso, esto no puede ser más que un laberinto poético y malvado; la batalla por describir y olvidar lo más rápido posible una vida plagada de sueños y soledades”.