Un libro que va más allá de un diario personal o de una libreta de apuntes íntimos: es una obra literaria de la imaginación y la vivencia.
Trece latas de atún es el primer libro de la cantante Amandititita.
Amanda ha tenido siempre una mirada aguda e irónica acerca de sí misma y de quienes la rodean: sabe estar sola y acompañada. Sin embargo, en este libro nos revela dos aspectos de su ser menos conocido: su destreza informal para la fabulación: sabe relatar historias breves por medio de un ritmo más seductor que acosador. Y, por otra parte, abandona la guerra cotidiana que libra a cada momento de su vida como artista popular y nos propone a un ser menos glamuroso, pero más humano.
Este conjunto de relatos biográficos, ficciones y trazos literarios no necesitan la definición del género: están aquí para ser leídos como quien se asoma a una ventana y se da cuenta de que la aparente sencillez de las cosas que nos rodean y de las que formamos parte, se halla contenida en la diversidad de sus dramas y de sus tribulaciones.
Trece latas de atún no es un libro gratuito porque posee un valor inusual en estos tiempos de penuria y comercio salvaje: ha sido escrito con desgarbo, humor y perspicacia. No es una construcción artificial y sí la consecuencia de una pelea y destrucción constante y animada.
Guillermo Fadanelli
Trece latas de atún es el primer libro de la cantante Amandititita.
Amanda ha tenido siempre una mirada aguda e irónica acerca de sí misma y de quienes la rodean: sabe estar sola y acompañada. Sin embargo, en este libro nos revela dos aspectos de su ser menos conocido: su destreza informal para la fabulación: sabe relatar historias breves por medio de un ritmo más seductor que acosador. Y, por otra parte, abandona la guerra cotidiana que libra a cada momento de su vida como artista popular y nos propone a un ser menos glamuroso, pero más humano.
Este conjunto de relatos biográficos, ficciones y trazos literarios no necesitan la definición del género: están aquí para ser leídos como quien se asoma a una ventana y se da cuenta de que la aparente sencillez de las cosas que nos rodean y de las que formamos parte, se halla contenida en la diversidad de sus dramas y de sus tribulaciones.
Trece latas de atún no es un libro gratuito porque posee un valor inusual en estos tiempos de penuria y comercio salvaje: ha sido escrito con desgarbo, humor y perspicacia. No es una construcción artificial y sí la consecuencia de una pelea y destrucción constante y animada.
Guillermo Fadanelli