A veces, para que todo cambie, hay que empezar de cero. Y ese fue el plan que se trazó Kaylie Flynn cuando decidió volver a su pueblo natal y reconciliarse con su pasado.
Durante su infancia, Kaylie pasó de una casa de acogida a otra, hasta encontrar cobijo en la familia de Winton y May Wise. Fue May quien le transmitió el calor de un hogar y el poder curativo de preparar el brownie perfecto. Años después, Kaylie decide invertir todo el dinero que le dejó aquella buena mujer en abrir una cafetería situada en la acogedora casa victoriana que compartieran antaño como familia.
Sin embargo, sus planes dan un giro inesperado al descubrir que la casa es un desastre y que el contratista de la obra, más que ayudar, resulta una distracción excesivamente atractiva.
Cuando una crisis amenaza con desbaratar lo que tanto le ha costado construir, Kaylie debe decidir si su corazón está con los fantasmas de su pasado o con la promesa que le brinda el futuro.