Este ebook "UN ESCRITOR CATÓLICO" fue escrito por el conocido autor de Best Sellers de espiritualidad Claudio de Castro, autor de más de 100 libros de espiritualidad y auto-ayuda, blogger en Aleteia, la Agencia católica Mundial, y autor de artículos en diarios de muchos países.
Es un Ebook lleno de testimonios simpáticos y pruebas de fe de un católico. Es un libro digital y de auto ayuda, recomendado para el año del Jubileo. Sus historias nos traen recuerdos de la infancia y nos muestran el motivo de nuestra esperanza.
Mi abuelo se llamó Moses Frank de Castro, su papá: Samuel Maduro de Castro, nacido de Moses David Osorio de Castro, nacido de David Jacob de Castro en 1799. Todos hebreos sefarditas, con grandes valores y una cultura milenaria.
Mi familia por parte de mi papá pertenece a la Congregación Kol Shearith Israel, que significa "La Voz del Remanente de Israel".
Crecí con las dos culturas.
Mi padre, mis abuelos paternos, y mis tíos fueron judíos. Siendo Católico, por parte de mi madre, me he sentido muy agradecido por mis raíces hebreas.
San Josémaria Escrivá solía decir: “Mis tres grandes amores son judíos: Jesús, José y María”.
Un primo que es Rabino llegó recientemente a la ciudad y aproveché para llevar a mis hijos a la Sinagoga.
Quería que conocieran su historia y sus raíces.
Las paredes de la Sinagoga estaban impregnadas con los nombres de nuestros antepasados.
La ceremonia del Shabat fue un canto prolongado y profundo de amor a Dios, Creador y Padre.
Me imaginaba a Jesús siendo niño en la sinagoga de Nazaret rezando estas mismas oraciones, cantando estas mismas canciones.
En uno de los libros de oraciones del Shabat, encontré una oración hermosa y la copié. La describiría con dos palabras: Humildad. Presencia de Dios.
!Oh Dios, mi Dios!
Tú eres el Uno y yo el Otro
¿Quién se preocupa del Otro sino el Uno?
Tú eres el creador y yo la criatura.
¿Quién vela por la criatura sino el creador?
Tú eres el fuerte y yo el débil.
¿Quién protege al débil sino el fuerte?
Tú eres el juez y yo el juzgado.
¿Quién se apiada del juzgado sino el juez?
Tú eres Dios y yo soy el hombre.
¿Quién se preocupa del hombre sino Dios?
Tú eres el Soberano y yo el súbdito.
¿Quién gobierna al súbdito sino el Soberano?
Tú eres el inocente y yo el culpable.
¿Quién perdona al culpable sino el inocente?
Es un Ebook lleno de testimonios simpáticos y pruebas de fe de un católico. Es un libro digital y de auto ayuda, recomendado para el año del Jubileo. Sus historias nos traen recuerdos de la infancia y nos muestran el motivo de nuestra esperanza.
Mi abuelo se llamó Moses Frank de Castro, su papá: Samuel Maduro de Castro, nacido de Moses David Osorio de Castro, nacido de David Jacob de Castro en 1799. Todos hebreos sefarditas, con grandes valores y una cultura milenaria.
Mi familia por parte de mi papá pertenece a la Congregación Kol Shearith Israel, que significa "La Voz del Remanente de Israel".
Crecí con las dos culturas.
Mi padre, mis abuelos paternos, y mis tíos fueron judíos. Siendo Católico, por parte de mi madre, me he sentido muy agradecido por mis raíces hebreas.
San Josémaria Escrivá solía decir: “Mis tres grandes amores son judíos: Jesús, José y María”.
Un primo que es Rabino llegó recientemente a la ciudad y aproveché para llevar a mis hijos a la Sinagoga.
Quería que conocieran su historia y sus raíces.
Las paredes de la Sinagoga estaban impregnadas con los nombres de nuestros antepasados.
La ceremonia del Shabat fue un canto prolongado y profundo de amor a Dios, Creador y Padre.
Me imaginaba a Jesús siendo niño en la sinagoga de Nazaret rezando estas mismas oraciones, cantando estas mismas canciones.
En uno de los libros de oraciones del Shabat, encontré una oración hermosa y la copié. La describiría con dos palabras: Humildad. Presencia de Dios.
!Oh Dios, mi Dios!
Tú eres el Uno y yo el Otro
¿Quién se preocupa del Otro sino el Uno?
Tú eres el creador y yo la criatura.
¿Quién vela por la criatura sino el creador?
Tú eres el fuerte y yo el débil.
¿Quién protege al débil sino el fuerte?
Tú eres el juez y yo el juzgado.
¿Quién se apiada del juzgado sino el juez?
Tú eres Dios y yo soy el hombre.
¿Quién se preocupa del hombre sino Dios?
Tú eres el Soberano y yo el súbdito.
¿Quién gobierna al súbdito sino el Soberano?
Tú eres el inocente y yo el culpable.
¿Quién perdona al culpable sino el inocente?