Un obispo de España dijo en 2006 que “el 8% de inmigración era difícil de tragar”. El trago inmigratorio argentino, compuesto más por italianos que por españoles, llegó a ser del 33% de la población del país alrededor de 1910; y del 66% de los hombres adultos de la población de la ciudad de Buenos Aires, centro del poder de la Argentina que incluye a la Casa Rosada (sede del Gobierno Federal) y a “La Plaza” (Plaza de Mayo), escenario histórico de multitudes).
En un país prácticamente despoblado, el aluvión de mano de obra extranjera permitió explotar los recursos naturales y colocar a los habitantes de la Argentina entre los seis más ricos del mundo en la primera década del siglo XX.
La identidad de la sociedad criolla argentina se fue estructurando como consecuencia de la guerra de la Independencia, de la guerra civil y de dos guerras internacionales. Sin embargo; dicha identidad, que todavía no había logrado consolidarse a principios del siglo XX, comenzó a perderse –para alarma de patricios y criollos- como consecuencia de aquel gran movimiento inmigratorio, dando origen paulatino a una conflictiva sociedad argentina que aun está en formación (2013).
En un país prácticamente despoblado, el aluvión de mano de obra extranjera permitió explotar los recursos naturales y colocar a los habitantes de la Argentina entre los seis más ricos del mundo en la primera década del siglo XX.
La identidad de la sociedad criolla argentina se fue estructurando como consecuencia de la guerra de la Independencia, de la guerra civil y de dos guerras internacionales. Sin embargo; dicha identidad, que todavía no había logrado consolidarse a principios del siglo XX, comenzó a perderse –para alarma de patricios y criollos- como consecuencia de aquel gran movimiento inmigratorio, dando origen paulatino a una conflictiva sociedad argentina que aun está en formación (2013).