SINOPSIS:
Era una noche muy calurosa, tanto que no podía dormir. Todo estaba muy oscuro y solo se escuchaba el tic tac del reloj en el pasillo. Quería aguantarme pero ya no podía más, tenía que ir al baño. Me levanté muy despacio y, sin hacer ruido, salí de puntillas de la habitación. Estaba a punto de entrar al baño cuando una luz roja comenzó a brillar en el otro extremo del pasillo. Provenía de la cocina. No podían ser mis padres porque les oía dormir y roncar en su habitación. Entonces… ¿Quién había allí?
Me acerqué muy despacio, sin hacer ruido. Un sonido muy raro, algo así como un ‘Crunch… crunch… crunch’, se escuchaba junto a la luz. Seguí avanzando hacia la cocina, sentía mucha curiosidad por descubrir lo que pasaba.
¡Qué cosa más rara! La luz roja salía de la cocina a través de la puerta entreabierta, dibujando sombras amenazadoras en la pared. Pero soy una chica valiente, y no me asusté. Me asomé con mucho cuidado a la cocina y vi que congelador estaba abierto. Además, había un helado de chocolate mordisqueado en el suelo.
Al mirar dentro de la nevera, me quede alucinada. ¡Era increíble! Dos botas rojas diminutas asomaban del congelador, pataleando con fuerza. Las botas brillaban en la oscuridad, mientras su pequeño dueño gruñía, con la cabeza metida dentro del congelador. Parecía que estaba comiendo algo, muy concentrado ¡Mi último helado de chocolate!
Era una noche muy calurosa, tanto que no podía dormir. Todo estaba muy oscuro y solo se escuchaba el tic tac del reloj en el pasillo. Quería aguantarme pero ya no podía más, tenía que ir al baño. Me levanté muy despacio y, sin hacer ruido, salí de puntillas de la habitación. Estaba a punto de entrar al baño cuando una luz roja comenzó a brillar en el otro extremo del pasillo. Provenía de la cocina. No podían ser mis padres porque les oía dormir y roncar en su habitación. Entonces… ¿Quién había allí?
Me acerqué muy despacio, sin hacer ruido. Un sonido muy raro, algo así como un ‘Crunch… crunch… crunch’, se escuchaba junto a la luz. Seguí avanzando hacia la cocina, sentía mucha curiosidad por descubrir lo que pasaba.
¡Qué cosa más rara! La luz roja salía de la cocina a través de la puerta entreabierta, dibujando sombras amenazadoras en la pared. Pero soy una chica valiente, y no me asusté. Me asomé con mucho cuidado a la cocina y vi que congelador estaba abierto. Además, había un helado de chocolate mordisqueado en el suelo.
Al mirar dentro de la nevera, me quede alucinada. ¡Era increíble! Dos botas rojas diminutas asomaban del congelador, pataleando con fuerza. Las botas brillaban en la oscuridad, mientras su pequeño dueño gruñía, con la cabeza metida dentro del congelador. Parecía que estaba comiendo algo, muy concentrado ¡Mi último helado de chocolate!