La relación de Juan Maluquer con Canarias se inicia en 1905, cuando se desplaza al Archipiélago como fiscal del Tribunal Supremo en visita de inspección, con motivo de una denuncia presentada con la Sociedad Arrendataria de los Puertos Francos, controlada por el Partido Liberal. De su estancia se derivó este libro, Un Viaje a Tenerife, así como un informe, La administración de Justicia en las Islas Canarias, en el que abogaba por algunas tímidas reformas administrativas. En 1907 Maluquer se presentó como candidato cunero del Partido Conservador por Tenerife, resultando elegido, aunque, obviamente, se ocupó muy poco de los intereses de su circunscripción.
En Viaje a Tenerife, Maluquer retrata la capital, Santa Cruz, describiendo su paisaje agrícola y urbano, habla de la infraestructura hotelera de la Isla y del predominio del capital británico, se refiere a las insuficiencias de la estructura portuaria, pinta la oscuridad de La Laguna y el esplendor del Valle de la Orotava, siempre acompañado del historiador tinerfeño Manuel de Ossuna y Vandeheede, quien le aporta datos del pasado prehispánico de Tenerife y de la sociedad guanche.
En Viaje a Tenerife, Maluquer retrata la capital, Santa Cruz, describiendo su paisaje agrícola y urbano, habla de la infraestructura hotelera de la Isla y del predominio del capital británico, se refiere a las insuficiencias de la estructura portuaria, pinta la oscuridad de La Laguna y el esplendor del Valle de la Orotava, siempre acompañado del historiador tinerfeño Manuel de Ossuna y Vandeheede, quien le aporta datos del pasado prehispánico de Tenerife y de la sociedad guanche.