Buceando en las nuevas evidencias que ha dejado la descodificación del genoma humano, el periodista científico Nicholas Wade nos adentra en las bases genéticas de la raza y su rol fundamental en la historia de la humanidad.
Pocas ideas han sido más perniciosas que aquellas que afirman que hay razas inherentemente superiores a otras. Por esa razón, el debate sobre las diferencias biológicas entre razas ha sido completamente proscrito del ámbito científico. La evolución humana, se insiste desde un inusitado consenso, acabó en la prehistoria.
No obstante, el consenso parece ser erróneo. Wade demuestra a lo largo de este libro que la evolución humana siguió su curso, que el aislamiento en el que han vivido las distintas poblaciones a lo largo de los siglos ha propiciado ese desarrollo y que existen distinciones, divergencias, en el comportamiento y por tanto en las sociedades mismas. Que, en consecuencia, atributos como el ahorro, el pacifismo, o la alfabetización, propios de las clases medias, han sido lentamente inoculados genéticamente desde la población agraria, culminado en la Revolución Industrial y la emergencia de las sociedades modernas.
Rechazando sin ambages la noción de superioridad racial, este libro demuestra cómo nuestra información genetica contiene una información vital para entender nuestra historia y las sociedades que la integran, y que la mejor forma de servir al interés público es buscando incesantemente sin miedo la verdad científica.
Pocas ideas han sido más perniciosas que aquellas que afirman que hay razas inherentemente superiores a otras. Por esa razón, el debate sobre las diferencias biológicas entre razas ha sido completamente proscrito del ámbito científico. La evolución humana, se insiste desde un inusitado consenso, acabó en la prehistoria.
No obstante, el consenso parece ser erróneo. Wade demuestra a lo largo de este libro que la evolución humana siguió su curso, que el aislamiento en el que han vivido las distintas poblaciones a lo largo de los siglos ha propiciado ese desarrollo y que existen distinciones, divergencias, en el comportamiento y por tanto en las sociedades mismas. Que, en consecuencia, atributos como el ahorro, el pacifismo, o la alfabetización, propios de las clases medias, han sido lentamente inoculados genéticamente desde la población agraria, culminado en la Revolución Industrial y la emergencia de las sociedades modernas.
Rechazando sin ambages la noción de superioridad racial, este libro demuestra cómo nuestra información genetica contiene una información vital para entender nuestra historia y las sociedades que la integran, y que la mejor forma de servir al interés público es buscando incesantemente sin miedo la verdad científica.