Una noche fría y oscura, dos hombres conversan frente al hogar de una cabaña oculta entre la espesura de un bosque de Quebec. Uno de ellos relata una aciaga historia, de dimensiones casi míticas, que culmina en el caos y la violencia. Al día siguiente, la aparición del cadáver de uno de los contertulios conmociona a los residentes de la apacible localidad de Three Pines, cerca de la frontera con Vermont. Desde Montreal acude el afamado inspector Armand Gamache, jefe del Departamento de Homicidios de la Sûreté du Québec, y su equipo de colaboradores, que se encuentran con un cuerpo manchado de sangre que nadie parece reconocer, lo último que uno esperaría en un pueblo que se diría salido de una fábula infantil.
Sin embargo, incluso en las comunidades de apariencia más bucólica, la calidez de sus habitantes, la solidaridad entre vecinos y el ambiente acogedor de sus moradas pueden esconder secretos inconfesables y episodios tenebrosos. Así pues, desvelar el reverso de la idílica postal supondrá para Gamache uno de los desafíos más apasionantes de su carrera.
La prosa envolvente y sensual de Louise Penny sumerge al lector en un fascinante viaje virtual a la pequeña comunidad de Three Pines, en los hermosos parajes quebequenses. Pero el prodigioso talento de Penny para subyugarnos con los mínimos detalles del entorno y los rasgos más sutiles de los personajes no hace más que subrayar la otra cara de la moneda: la sempiterna ignominia que permanece agazapada en el fondo del ser humano, lista para dar el zarpazo en cualquier instante.
Sin embargo, incluso en las comunidades de apariencia más bucólica, la calidez de sus habitantes, la solidaridad entre vecinos y el ambiente acogedor de sus moradas pueden esconder secretos inconfesables y episodios tenebrosos. Así pues, desvelar el reverso de la idílica postal supondrá para Gamache uno de los desafíos más apasionantes de su carrera.
La prosa envolvente y sensual de Louise Penny sumerge al lector en un fascinante viaje virtual a la pequeña comunidad de Three Pines, en los hermosos parajes quebequenses. Pero el prodigioso talento de Penny para subyugarnos con los mínimos detalles del entorno y los rasgos más sutiles de los personajes no hace más que subrayar la otra cara de la moneda: la sempiterna ignominia que permanece agazapada en el fondo del ser humano, lista para dar el zarpazo en cualquier instante.