Traducido
Al observar las ruinas imponentes de Memphis o Palmira, al encontrarse cara a cara con la gran pirámide de Ghiza, al recorrer el Nilo o al abstraerse en la desolada firmeza de la misteriosa Petra, que por un amplio lapso se creyó perdida, se llega a la conclusión de que, a pesar del origen vago y nebuloso de estas reliquias históricas, se disciernen ciertos fragmentos que proporcionan una base sólida sobre la cual elaborar algunas conjeturas. No obstante la densidad de la cortina tras de la cual se esconde la historia de estas antigüedades, existen hendiduras esporádicas a través de las cuales uno vislumbra luz. Conocemos a los descendientes de los constructores.
Al observar las ruinas imponentes de Memphis o Palmira, al encontrarse cara a cara con la gran pirámide de Ghiza, al recorrer el Nilo o al abstraerse en la desolada firmeza de la misteriosa Petra, que por un amplio lapso se creyó perdida, se llega a la conclusión de que, a pesar del origen vago y nebuloso de estas reliquias históricas, se disciernen ciertos fragmentos que proporcionan una base sólida sobre la cual elaborar algunas conjeturas. No obstante la densidad de la cortina tras de la cual se esconde la historia de estas antigüedades, existen hendiduras esporádicas a través de las cuales uno vislumbra luz. Conocemos a los descendientes de los constructores.