El inicio y final de este libro no es más que una entrada y una salida ficticia, con la crítica en el inicio a esos periodistas que anuncian un accidente gratuito en la montaña sin profundizar en ello, ya que eso ya no les importa. No somos ni famosos ni hemos ganado un premio, no somos importantes, no nos harán un homenaje ni un concierto en nuestro honor.
Lo que sigue en el libro, es lo que me gustaría expresar de nuestras vivencias con mis compañeros en las montañas, sólo hablo aquí de unas cuarenta ascensiones de las cuatrocientas que hemos realizado, en las cuales se puede disfrutar sin ir más lejos del Pirineo, a sólo unas horas de casa y empleando poco dinero en el desplazamiento, esto nos puede dar una satisfacción incalculable. Las excursiones que no narro no dejan de tener su importancia y consecuentemente en satisfacción.
Las personas se humanizan con el contacto de la naturaleza, la personalidad cambia, el encuentro con otras personas en la soledad de la montaña se agradece, uno se da cuenta que se trasforma de la manera más natural. Cualquier cosa que se haga con esa persona desconocida encontrada o bien que acabas de conocer se agradece por ambas partes.
El libro lleva un virus que es contagioso, al menos para personas como yo, que tienen una cierta afición montañosa.
¿Cuántas experiencias de atrevimiento, de riesgo, de fracaso, de prudencia, de ingenio, de incertidumbre, de miedo, de armonía, de belleza, de agotamiento, de tocar los propios límites, de enfrentarse con el que no se puede controlar, etc., a través de los relatos de algunas excursiones! O dicho de otra manera: ¿Cuánta vida ya integrada como vivida!
Creo que el libro comunica una vivencia inquieta, nerviosa, amorosa y plenamente sincera respeta el mundo de las montañas. Y es desde esta vivencia,-que se hace cercana al lector-, que vas descubriendo cumbres y valles de los Pirineos, del Cadí, los Alpes, etc., Describiendo nuestras peripecias, donde introduzco algunas bonitas pinceladas poéticas que me han sorprendido fuertemente.
El libro es bastante más que un libro de montaña! La montaña quizás es un punto de partida, pero el libro te lleva hacia otros ámbitos más amplios. Y la muerte como referente que todo lo iguala, y que se hace presente en el capítulo 1 y en el epílogo, hace más intenso y vivo todo lo que en el libro se dice.
De las narraciones fluye el estado de ánimo, el sudor del momento, el pesar de los que esperan, la ilusión de lo que hace una cima, el miedo, las dificultades, la soledad, la amistad y el compañerismo hasta con desconocidos; este libro dice y describe desde la comunión con la montaña hasta la necesidad de volver, de la frescura y renovación física y mental que conlleva adentrarse en la naturaleza.
Es un libro que te enseña que el respeto del medio y la aceptación de las circunstancias, juntas, llevan a disfrutar siempre y en cada instante de lo que estás haciendo.
Y escuchad, cuando hablamos de respeto no significa sólo "he pasado y nadie lo notará", que si, pero también el respecto es mirarte la montaña como un ser vivo y consciente con su buen o mal humor, tú la interpretas, miras, escuchas y compartes, entonces la montaña te dice si, adelante!, o no, hoy no!, y verá que la aceptación de las circunstancias no es más que convertir una adversidad con una complacencia, que todo forma parte una sola cosa, nieve, lluvia, sol, viento, tormenta, hielo, rocas, praderas, bosques ........... y Tú.
Lo que sigue en el libro, es lo que me gustaría expresar de nuestras vivencias con mis compañeros en las montañas, sólo hablo aquí de unas cuarenta ascensiones de las cuatrocientas que hemos realizado, en las cuales se puede disfrutar sin ir más lejos del Pirineo, a sólo unas horas de casa y empleando poco dinero en el desplazamiento, esto nos puede dar una satisfacción incalculable. Las excursiones que no narro no dejan de tener su importancia y consecuentemente en satisfacción.
Las personas se humanizan con el contacto de la naturaleza, la personalidad cambia, el encuentro con otras personas en la soledad de la montaña se agradece, uno se da cuenta que se trasforma de la manera más natural. Cualquier cosa que se haga con esa persona desconocida encontrada o bien que acabas de conocer se agradece por ambas partes.
El libro lleva un virus que es contagioso, al menos para personas como yo, que tienen una cierta afición montañosa.
¿Cuántas experiencias de atrevimiento, de riesgo, de fracaso, de prudencia, de ingenio, de incertidumbre, de miedo, de armonía, de belleza, de agotamiento, de tocar los propios límites, de enfrentarse con el que no se puede controlar, etc., a través de los relatos de algunas excursiones! O dicho de otra manera: ¿Cuánta vida ya integrada como vivida!
Creo que el libro comunica una vivencia inquieta, nerviosa, amorosa y plenamente sincera respeta el mundo de las montañas. Y es desde esta vivencia,-que se hace cercana al lector-, que vas descubriendo cumbres y valles de los Pirineos, del Cadí, los Alpes, etc., Describiendo nuestras peripecias, donde introduzco algunas bonitas pinceladas poéticas que me han sorprendido fuertemente.
El libro es bastante más que un libro de montaña! La montaña quizás es un punto de partida, pero el libro te lleva hacia otros ámbitos más amplios. Y la muerte como referente que todo lo iguala, y que se hace presente en el capítulo 1 y en el epílogo, hace más intenso y vivo todo lo que en el libro se dice.
De las narraciones fluye el estado de ánimo, el sudor del momento, el pesar de los que esperan, la ilusión de lo que hace una cima, el miedo, las dificultades, la soledad, la amistad y el compañerismo hasta con desconocidos; este libro dice y describe desde la comunión con la montaña hasta la necesidad de volver, de la frescura y renovación física y mental que conlleva adentrarse en la naturaleza.
Es un libro que te enseña que el respeto del medio y la aceptación de las circunstancias, juntas, llevan a disfrutar siempre y en cada instante de lo que estás haciendo.
Y escuchad, cuando hablamos de respeto no significa sólo "he pasado y nadie lo notará", que si, pero también el respecto es mirarte la montaña como un ser vivo y consciente con su buen o mal humor, tú la interpretas, miras, escuchas y compartes, entonces la montaña te dice si, adelante!, o no, hoy no!, y verá que la aceptación de las circunstancias no es más que convertir una adversidad con una complacencia, que todo forma parte una sola cosa, nieve, lluvia, sol, viento, tormenta, hielo, rocas, praderas, bosques ........... y Tú.
