Quizá fuera una magnífica empleada, pero con aquellos recatados trajes que llevaba, Gianluca Palladio nunca se había parado a mirar a Aisling.
Una fiesta le permitió vislumbrar la mujer que se escondía bajo el aspecto serio y eficiente de Aisling: una mujer apasionada con la que acabó acostándose.
Pero una noche no era suficiente. Gianluca necesitaba al menos otra para terminar lo que habían empezado…