El 1° de Mayo de 2005 el mochilero argentino Juan Villarino aborda un velero en el puerto de Belfast, Irlanda del Norte, con rumbo a Medio Oriente. Viaja siguiendo la estrategia del caracol, con una mochila a la espalda y el pulgar atento al horizonte. Sin tarjetas de crédito ni chalecos antibala. Su objetivo es cruzar la región a dedo, para demostrar la hospitalidad de los habitantes de Turquía, Siria, Egipto, Irán, Irak y Afganistán. Da lecciones de autostop en el Parlamento kurdo y toma el té en un campo minado. Aprovisiona su mochila en una base norteamericana en Afganistán y pernocta con la resistencia intelectual iraní.
Juan Villarino ha escrito, durante dos años de travesía, una crónica precisa de un viaje apasionante sobre una de las zonas menos visitadas del planeta, una oda al movimiento y al entendimiento humano.
Juan Villarino ha escrito, durante dos años de travesía, una crónica precisa de un viaje apasionante sobre una de las zonas menos visitadas del planeta, una oda al movimiento y al entendimiento humano.