En París, en la biblioteca particular de un conde fallecido, se descubre una partitura musical perdida por más de cien años, las “Variaciones para Piano”, último opus del músico clásico Jules Marivaux.
A partir de ese momento, una trágica e inexplicable sucesión de muertes y eventos misteriosos se desarrolla sin que los protagonistas puedan prever las consecuencias. Una antigua leyenda, la maldición que parece perseguir a la obra de Marivaux y un personaje que surge desde el fondo de los tiempos se dan cita en una ciudad que comienza, una vez más, a respirar violencia, desconfianza y muerte.
La vida de un hombre cuya tumba no se conoce, deja en medio del terror y de las sombras una duda que permanece escondida entre las líneas del relato: ¿puede la música ser tan perfecta que lance, a quien la escucha, al abismo de la pasión, la locura y la muerte?
“Existen esos momentos de magia, instantes que se prolongan y cobran vida más allá de la voluntad, en los cuales uno vive y muere miles de veces antes de darse cuenta que el tiempo no se ha detenido y que lo irreal se puede confundir con la vida real, de manera de no querer volver nunca más a este mundo de dolores y de olores nauseabundos, de cuentas para abonar y de amigos que pueden traicionar si la paga es buena. Son esos momentos en los que el hechizo de una mirada, el movimiento de un cuerpo o el sonido de una respiración agitada pueden tener más fuerza que un ejército en maniobras. Son esos instantes en los que uno puede darse cuenta que vale la pena vivir así, aunque más no sea una vez y luego morir en paz, para poder decir que uno no ha vivido en vano.”
A partir de ese momento, una trágica e inexplicable sucesión de muertes y eventos misteriosos se desarrolla sin que los protagonistas puedan prever las consecuencias. Una antigua leyenda, la maldición que parece perseguir a la obra de Marivaux y un personaje que surge desde el fondo de los tiempos se dan cita en una ciudad que comienza, una vez más, a respirar violencia, desconfianza y muerte.
La vida de un hombre cuya tumba no se conoce, deja en medio del terror y de las sombras una duda que permanece escondida entre las líneas del relato: ¿puede la música ser tan perfecta que lance, a quien la escucha, al abismo de la pasión, la locura y la muerte?
“Existen esos momentos de magia, instantes que se prolongan y cobran vida más allá de la voluntad, en los cuales uno vive y muere miles de veces antes de darse cuenta que el tiempo no se ha detenido y que lo irreal se puede confundir con la vida real, de manera de no querer volver nunca más a este mundo de dolores y de olores nauseabundos, de cuentas para abonar y de amigos que pueden traicionar si la paga es buena. Son esos momentos en los que el hechizo de una mirada, el movimiento de un cuerpo o el sonido de una respiración agitada pueden tener más fuerza que un ejército en maniobras. Son esos instantes en los que uno puede darse cuenta que vale la pena vivir así, aunque más no sea una vez y luego morir en paz, para poder decir que uno no ha vivido en vano.”