Compra Veinte días y llévate gratis Desfase en el castillo, el anterior trabajo del autor.
En este volumen:
Desfase en el castillo
Nuestro protagonista sufre una extraña enfermedad. Cuando se excita demasiado su subconsciente crea mundos paralelos con la misma consistencia que el real. Cuando su mejor amigo descubre en su ordenador unas fotos explícitas y está a punto de ocurrir algo entre ambos, un remolino los arrastra a un extraño lugar donde los hombres no necesitan ningún descanso tras el sexo y siempre están preparados para el próximo ataque.
Veinte días
Versa sobre los veinte días que Adrián, un chico de veinticinco años al que su ex maltrataba, pasa en casa de sus tíos, en una paradisiaca isla... Y de la relación que surge entre él y su "tito".
Fragmento autocensurado:
Las cosas no tardaron nada en ponerse raras. De hecho, unas horas más tarde empezamos a liarla parda. Me desperté a eso de las once. Eva dormía como un tronco. Me puse unas bermudas, salí de la habitación, cerré la puerta y entré en el baño a mear. Tanto a Eva como a mí nos gusta dormir hasta tarde por lo que instalamos frente a los ventanales, que ocupan toda la pared, unas persianas gigantes que cierran de forma hermética. No dejan pasar un resquicio de luz, por lo que tanto en la habitación como en el salón reina una oscuridad casi nocturna, aunque afuera el sol ya esté alto.
Adrián se había dormido con la tele encendida, por lo que su cuerpo sí estaba levemente iluminado. Me quedé un rato observando cómo dormía y al final me senté a la mesa, abrí mi portátil y me puse a navegar. Él estaba acostado con la cabeza en el lado del sillón que tocaba con la mesa por lo que yo veía su cuerpo pero no su cara. De vez en cuando levantaba la vista de la pantalla del ordenador para deleitarme mirándole ... Decididamente tenía...
Con la cercanía de su cuerpo y las miradas furtivas... no tardé en...
En este volumen:
Desfase en el castillo
Nuestro protagonista sufre una extraña enfermedad. Cuando se excita demasiado su subconsciente crea mundos paralelos con la misma consistencia que el real. Cuando su mejor amigo descubre en su ordenador unas fotos explícitas y está a punto de ocurrir algo entre ambos, un remolino los arrastra a un extraño lugar donde los hombres no necesitan ningún descanso tras el sexo y siempre están preparados para el próximo ataque.
Veinte días
Versa sobre los veinte días que Adrián, un chico de veinticinco años al que su ex maltrataba, pasa en casa de sus tíos, en una paradisiaca isla... Y de la relación que surge entre él y su "tito".
Fragmento autocensurado:
Las cosas no tardaron nada en ponerse raras. De hecho, unas horas más tarde empezamos a liarla parda. Me desperté a eso de las once. Eva dormía como un tronco. Me puse unas bermudas, salí de la habitación, cerré la puerta y entré en el baño a mear. Tanto a Eva como a mí nos gusta dormir hasta tarde por lo que instalamos frente a los ventanales, que ocupan toda la pared, unas persianas gigantes que cierran de forma hermética. No dejan pasar un resquicio de luz, por lo que tanto en la habitación como en el salón reina una oscuridad casi nocturna, aunque afuera el sol ya esté alto.
Adrián se había dormido con la tele encendida, por lo que su cuerpo sí estaba levemente iluminado. Me quedé un rato observando cómo dormía y al final me senté a la mesa, abrí mi portátil y me puse a navegar. Él estaba acostado con la cabeza en el lado del sillón que tocaba con la mesa por lo que yo veía su cuerpo pero no su cara. De vez en cuando levantaba la vista de la pantalla del ordenador para deleitarme mirándole ... Decididamente tenía...
Con la cercanía de su cuerpo y las miradas furtivas... no tardé en...