Te tengo buenas noticias, las tormentas son para quienes arriesgan todo y dan pasos de fe, aunque a medio camino tengan que gritar ¡Señor sálvame! ¿Ya te diste cuenta que Pedro fue el único valiente que bajó de la seguridad de una barca y siguiendo la voz de su Señor, caminó sobre las aguas, en medio de una gran tormenta?
Si estás en medio de la tormenta confiesa delante de Jesús: "Señor tengo poca fe, ayúdame, ven a mi barca y calma la tormenta porque sin ti no puedo seguir. ¡Ven y calma mi tormenta! Señor, me hundo. ¡Sálvame!... Y habrá grande bonanza.
Si estás en medio de la tormenta confiesa delante de Jesús: "Señor tengo poca fe, ayúdame, ven a mi barca y calma la tormenta porque sin ti no puedo seguir. ¡Ven y calma mi tormenta! Señor, me hundo. ¡Sálvame!... Y habrá grande bonanza.