Relato breve que transcurre a bordo de un velero y narra las peripecias de un viaje de regreso a Argentina desde Europa, pasando por Francia, España y Cuba. Alberdi pocas veces se entrega en sus viajes. Los describe con palabras apasionadas, pero sin que la pasión eclipse la reflexión del pensador. De tal forma, en estos viajes se reflejan los dos aspectos de la personalidad de Alberdi: la del literato y la del pensador.
«Yo no sé si este sentimiento es común, pero nunca he podido pararme en las orillas de un río, sin sentirme poseído de no sé qué ternura vaga, mezclada de esperanzas, de recuerdos, de memorias confusas y dulces. He tenido envidia de preguntar a las aguas que pasaban de qué regiones procedían y a dónde iban. Las he visto pasar con envidia, porque yo amo todo movimiento. Me ha parecido que iban a otros climas más felices…»
«Yo no sé si este sentimiento es común, pero nunca he podido pararme en las orillas de un río, sin sentirme poseído de no sé qué ternura vaga, mezclada de esperanzas, de recuerdos, de memorias confusas y dulces. He tenido envidia de preguntar a las aguas que pasaban de qué regiones procedían y a dónde iban. Las he visto pasar con envidia, porque yo amo todo movimiento. Me ha parecido que iban a otros climas más felices…»