El autor llevaba algún tiempo en un viaje espiritual, cuando se preguntó “¿y cómo sigo ahora?” Habiendo probado ya varias terapias holísticas - con buenos resultados en diversos sentidos - tenía ante sí algunas ideas, pero como en todo asunto de la vida, debía escoger un camino. También había pasado por una ceremonia con la planta sagrada ayahuasca, lo cual le significó un gran avance en lo emocional y espiritual, como también una inestabilidad temporal, de la cual pudo salir gracias a la ayuda de seres de luz.
En esas circunstancias y con un firme propósito de seguir avanzando hacia la realización personal, decidió hacer algo que parecía una locura: tomar su primer retiro de meditación, el cual duraría diez días.
Para variar, el sujeto en cuestión creía que estaba listo para la prueba... Con el lento pasar de los días, se daría cuenta que había asumido una tarea de dificultad alta, sin haber tenido una preparación avanzada en la meditación, asunto que no le facilitaría las cosas.
De todas formas y dado a su profundo anhelo de progresar espiritualmente, se quedó hasta el final – aunque fuera a duras penas. ¿Cómo terminó el asunto? ¿Qué sucedió día a día? ¿Valió realmente la pena?
En esas circunstancias y con un firme propósito de seguir avanzando hacia la realización personal, decidió hacer algo que parecía una locura: tomar su primer retiro de meditación, el cual duraría diez días.
Para variar, el sujeto en cuestión creía que estaba listo para la prueba... Con el lento pasar de los días, se daría cuenta que había asumido una tarea de dificultad alta, sin haber tenido una preparación avanzada en la meditación, asunto que no le facilitaría las cosas.
De todas formas y dado a su profundo anhelo de progresar espiritualmente, se quedó hasta el final – aunque fuera a duras penas. ¿Cómo terminó el asunto? ¿Qué sucedió día a día? ¿Valió realmente la pena?