Francisco es inundado por la culpa: siempre le agradó Javiera, pero nunca se atrevió a ser su amigo, pues todos sus compañeros la tenían aislada; nadie podía hablarle, estaba prohibido. Siempre fue así. Francisco se limitaba a hablarle en secreto una que otra vez, y callar en silencio cuando molestaban a Javiera, o más de una vez… la golpeaban. Siempre fue un cobarde. Pero ahora ha crecido, y se ha enterado de que Javiera se ha suicidado, y no puede evitar sentirse responsable. Entonces una extraña enfermedad parece ocurrirle, y sus recuerdos se confunden, y empieza a perder el sentido de la realidad, no puede distinguir de que es real y que no. Su vida empieza a parecer un sueño, difícil de recordar, que se ha esfumado al despertar. Se asume un loco. Pero poco a poco se da cuenta que es más joven… ¡Y que incluso aun es compañero de clases de Javiera! ¿Soñó que era mayor y que había dejado morir a una persona a quien apreciaba? ¿Será parte de su extraña enfermedad mental? No cabe duda alguna, que sí está en el pasado. No tardó en comprobarlo. Ahora, tiene la oportunidad de hacer las cosas bien, y no será nada fácil, porque hay un castigo para las personas que hablan con Javiera, y sus compañeros que la odian, no dudarán en hacer la vida de Francisco un infierno.
Este sitio es seguro
Usted está en un sitio seguro, habilitado para SSL. Todas nuestras fuentes son constantemente verificadas.