Sólo el Comadreja podría haber fraguado un escape como ése, justo a tiempo para evitar la batalla campal entre frikis y policías que se desató en la bodega. Pero ahora las fuerzas de la ley saben quién es y lo buscan. Sólo hay un remedio, deshacerse de los vehículos, cargar con todo y con todos, y siguiendo el consejo de la extraña voz que resuena en la cabeza de Berenice, huir del país en el barco pesquero que se ha convertido en su refugio. Esta vez pondrán proa hacia Haití, el territorio natural del poderoso Wigamba, pues hay asuntos por resolver. Antes de leer este libro lee “Wigamba 1 - El hacedor de zombis”.
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