Olivia ya no es la amante de nadie. Por fin ha logrado zafarse de ese estigma y desea mirar hacia adelante. Sigue enamorada de Octavio, pero con amarlo no es suficiente. Está segura de que no lo quiere en su vida en esas condiciones, pero tampoco logra olvidarlo.
Jamás volverá a complicarse la vida con un hombre ni sufrirá por los desengaños amorosos.
Dispuesta a no resignarse ni mucho menos a ceder, decide dejar atrás el pasado y disfrutar del sábado y de un buen rato de sexo con Oziel. Pero ¿por qué acude a su mente constantemente Octavio para torturarla e impedir que sea feliz? ¿Y por qué ha de llamarla justo esa noche?
Pensó en no coger el teléfono y centrarse en su presente, en el vino, en Oziel, en su sonrisa perversa y en su mirada lasciva. Sin embargo, la vida nunca pone las cosas fáciles y los sábados siempre han sido fatídicos para ella. Por eso descolgó el teléfono y las palabras de Octavio la dejaron sin habla.
No te pierdas la continuación de La otra. Historia de la amante, una saga que no dejará de sorprendente y que te atrapará desde la primera página.