Zaragoza es la sexta de las 46 novelas que componen los Episodios Nacionales, en donde se ofrece un relato novelado de la Historia de España del siglo XIX.
En Zaragoza se prepara la resistencia contra el invasor francés y Gabriel se dirige hasta allí, tras zafarse de la cárcel junto con otros compañeros. Allí conoce a los Montoria, una familia principal de la ciudad cuyo hijo, Agustín, de la misma edad que Gabriel, estudia para religioso aunque ama secretamente a María, hija de una familia enemiga de la suya. La defensa de la ciudad la dirige el general Palafox, quien soporta con el pueblo aragonés un terrible asedio que impide la entrada de alimentos y facilita la propagación de una epidemia de fiebre amarilla. La descripción de las escaramuzas bélicas y de la terrible crueldad de la batalla dan idea de la situación desesperada que atraviesan los defensores de la ciudad. En medio de la descripción de esta lucha sin cuartel se mezcla la detención por traición del Tío Candiola, padre de María, quien se había vendido a los franceses. El Tío Candiola es condenado a muerte y el pelotón de fusilamiento lo dirige Agustín, por lo que María le pide clemencia para su padre, a lo que éste se niega. Rechazado por María, Agustín abandona su puesto y es entonces Gabriel quien dirige el pelotón. Tras dos meses de asedio, Zaragoza se rinde. Solo queda una población diezmada y un montón de ruinas. Gabriel y Agustín entierran a María y nuestro protagonista decide huir de la ciudad con lo poco que queda de la guarnición.
En Zaragoza se prepara la resistencia contra el invasor francés y Gabriel se dirige hasta allí, tras zafarse de la cárcel junto con otros compañeros. Allí conoce a los Montoria, una familia principal de la ciudad cuyo hijo, Agustín, de la misma edad que Gabriel, estudia para religioso aunque ama secretamente a María, hija de una familia enemiga de la suya. La defensa de la ciudad la dirige el general Palafox, quien soporta con el pueblo aragonés un terrible asedio que impide la entrada de alimentos y facilita la propagación de una epidemia de fiebre amarilla. La descripción de las escaramuzas bélicas y de la terrible crueldad de la batalla dan idea de la situación desesperada que atraviesan los defensores de la ciudad. En medio de la descripción de esta lucha sin cuartel se mezcla la detención por traición del Tío Candiola, padre de María, quien se había vendido a los franceses. El Tío Candiola es condenado a muerte y el pelotón de fusilamiento lo dirige Agustín, por lo que María le pide clemencia para su padre, a lo que éste se niega. Rechazado por María, Agustín abandona su puesto y es entonces Gabriel quien dirige el pelotón. Tras dos meses de asedio, Zaragoza se rinde. Solo queda una población diezmada y un montón de ruinas. Gabriel y Agustín entierran a María y nuestro protagonista decide huir de la ciudad con lo poco que queda de la guarnición.