Octavo de la saga. Effie, una mujer práctica y sin experiencia, debía acudir al desierto a trabajar para el jeque.El implacable Zakari, rey de Calista, se había trasladado al desierto en busca de un poco de tranquilidad y soledad, pero no estaba acostumbrado a pasar la noche solo; aunque teniendo a aquella doncella cerca, quizá no fuera necesario.Después de una pasión tan ardiente, Effie tenía la sensación de que el corazón iba a estallarle de alegría. Lo que no imaginaba era que algo obligaba a Zakari a convertirla… en su esposa. Su inocencia hacía de ella la prometida perfecta para un jeque.
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